Entrevista a Javier Peña

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Edicion #1

“Tenemos una oportunidad de oro para reinventarnos y establecer una nueva era”

El fundador de Hope! en pie por el planeta, elegido como uno de los 100 latinos más influyentes y comprometidos con la acción climática, participó en la COP28, que se llevó adelante en los Emiratos Árabes Unidos del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023. Nos cuenta la experiencia y nos trae las novedades más importantes. 

Es tu primera vez en la COP, ¿qué te motivó a participar en esta edición?

Ha sido la primera vez que he ido a la COP, pero lógicamente llevo muchos años siguiéndola. Esta COP era especial en el sentido de que se hacía por primera vez el balance global de lo que han significado los compromisos acordados en París y se lanzaba el objetivo que va a enmarcar los siguientes planes que determinarán el rumbo del clima durante los próximos años. Era una cumbre bisagra.

¿Cómo es la experiencia de asistir a una reunión en la que todo el planeta se junta para hablar del clima?

Inspiradora. Había casi cien mil personas representando a todos los países del mundo y estábamos todos en el mismo recinto. Todos asistíamos a las reuniones, a los eventos, a los distintos actos. Te ibas cruzando con un grupo que venía de la selva amazónica, de Qatar, de Etiopía, de Pakistán. Esta riqueza me ha parecido excepcionalmente inspiradora y excepcionalmente rica porque hay muchos problemas en el mundo pero el tema climático, que de alguna forma es un pilar central que va a definir cómo van a ser el resto de cosas, tiene por suerte estos foros mundiales que se reúnen durante dos semanas a hablar en profundidad sobre la cuestión. Ese espacio para el diálogo, para la comprensión mutua y para compartir los avances y establecer objetivos comunes tiene valor en sí mismo.

¿Cuáles son los puntos centrales de lo que sucedió en esta COP?

Una de las grandes batallas era si finalmente se hacía por primera vez mención a la necesidad de abandonar los combustibles fósiles. Parece mentira pero hasta ahora no se había hecho por el propio mecanismo de la COP, que es un mecanismo de consenso: con que un país diga que no quiere poner una coma o una palabra, ya no se puede poner. Entonces es muy difícil tejer ese texto final. Pero ha habido una movilización sin precedentes por parte de la gran mayoría de los países en incluir un compromiso para eliminar gradualmente los combustibles fósiles. Al final, esa formulación de la eliminación de los combustibles fósiles no ha salido. Pero ha salido algo que, en mi opinión, cumple el mismo objetivo que es que todos los países se comprometen a transicionar, a dejar atrás los combustibles fósiles, en línea con lo acordado por la ciencia. Me parece que es una victoria muy importante y que marca un antes y un después. Porque aunque estos acuerdos no son vinculantes y no hay capacidad de sanción para los incumplidores, establecen los marcos a los que se tienen que ceñir los países, tiene un poder tractor importante. Luego, a nivel económico, que la Agencia Internacional de la Energía diga que no se puede explotar más petróleo, carbón y gas si se quiere cumplir con los objetivos del acuerdo de París, hace muy probable que si eres un fondo de inversión o un banco y tienes que ver la rentabilidad a 30 o 40 años de una nueva exploración de petróleo, de carbón o de gas, tengas miedo a quedarte con un activo varado. Entonces este punto de inflexión es muy importante para acelerar las transiciones; si tienes esta señal de mercado, el dinero se va mudando en masa hacia esa transición y todo se acelera y cada vez las renovables son más baratas y se produce una disrupción más rápida. Creo que este es el gran resultado de esta cumbre: podemos concluir que la transición energética se va a acelerar drásticamente, con todo lo que implica de electrificación de toda la economía de nuevas tecnologías industriales, de transporte, de agricultura. Es una buena señal para el optimismo.

¿Qué otros acuerdos resaltarías?

Ha habido otros grandes acuerdos paralelos, como el establecimiento del fondo de pérdidas y daños, tan reclamado durante décadas por los países en desarrollo para que los más desarrollados paguen su deuda histórica, su deuda climática. Ese fondo se ha creado ya legalmente, va a funcionar con el Banco Mundial y ahora falta conseguir una reforma del mercado financiero que ya se ha puesto sobre la mesa y una aportación de los más desarrollados para cumplir ese deber histórico. Otro de los grandes ejes es el acceso a la financiación asequible para que los países en desarrollo puedan acceder a las inversiones para cambiar la matriz energética, proteger la naturaleza y cambiar el modelo agroalimentario. 

¿Cuál es el desafío a escala masiva?

A veces lo comparo con cambiar una bombilla vieja de tu casa por una bombilla de LED: vas a consumir 10 veces menos energía, vas a ahorrar dinero y dura más y todo esto pero hace falta poder comprarse la boca bombilla. Esto es lo que tenemos que hacer a escala global, este es el momento de una inversión masiva que luego repercute en un ahorro, en eficiencia energética y en costes de salud y en muchísimas cosas pero requerimos ese momento de inversión que luego se va a amortizar. Ha habido muchos acuerdos, muchos compromisos de muchos países. Uno de los más llamativos para mí ha sido el compromiso por el escalado de la cultura regenerativa, que es una de las soluciones que que más potencial tiene para revertir la crisis climática; y otra que es la de la protección de la naturaleza y la financiación y los proyectos de restauración de la naturaleza y de protección de los sumideros de carbono.

¿Qué oportunidades les trae este acuerdo de transición a países en los que el petróleo juega un porcentaje importante en el PIB, qué incentivos tienen para alejarse de los combustibles fósiles? 

El reconocimiento de la importancia de los sumideros de carbono y de la biodiversidad como pilares comunes que sostienen nuestros cimientos implica que esos pilares tienen que sostenerse de alguna forma entre todos. Entonces esta cuestión del establecimiento de los créditos de carbono, de los compromisos en biodiversidad, de los acuerdos financieros para garantizar la supervivencia y la expansión de los ecosistemas más importantes del planeta, implica que todos los países tienen que contribuir a sostenerlos. Evidentemente tiene que haber compensaciones a quien deje una fortuna bajo tierra, tiene que haber un mecanismo de incentivo que le permita defenderlo ante su sociedad y pasar página en la buena dirección. Entonces todos estos fondos que se están creando para la protección del Amazonas, implican una inversión para el desarrollo local y la creación de alternativas económicas y la protección de la biodiversidad. Es una oportunidad para cambiar el modelo económico y hacerlo compatible con la biodiversidad, para hacerlo regenerativo y la evidencia de que la pobreza no es compatible con mantener los ecosistemas porque si alguien está en situaciones de necesidad, obviamente no va a pensar en el ecosistema o va a satisfacer sus necesidades y a salir adelante. Esta visión conjunta me parece que es una gran oportunidad para el desarrollo social económico y para el mantenimiento de esos ecosistemas.

¿Cuál es la importancia de estos ecosistemas?

Son importantes para el planeta entero y para todo el clima de la región. Por ejemplo, en el caso de la selva amazónica se ha establecido que alrededor del 40% de las lluvias de toda la región al este de los Andes depende directamente de la humedad de los ríos atmosféricos provocados por la selva. Si se sigue con la deforestación, va a cruzar un punto de inflexión que le lleve a convertirse en una sabana y a cambiar de estado. Eso sería la ruina agrícola para toda esa región y el caos a nivel de suministros de agua. Entender que dependemos de los ecosistemas implica desarrollo social y creación de alternativas económicas. Los fondos internacionales que se han aprobado para la región me parecen muy significativos, ofrecen una oportunidad de repensar el modo por el que creamos riqueza y establecer formas que sean sostenibles en el tiempo, para que no sean de pan para hoy y hambre para mañana, que es lo que implica el trabajar de espaldas a la biodiversidad.

Haciendo un compromiso para eliminar progresivamente subsidios, se generarían recursos para las transiciones globales. ¿Escuchaste que se hablara de esto? 

Sí, otro de los acuerdos que fueron importantes fue el compromiso de eliminar lo más rápido posible los subsidios a los combustibles fósiles, que a nivel global es una cifra de 7 billones de dólares anuales. Un informe de la Organización Mundial de la Salud dice que con esa cifra se cubriría el 75% del gasto sanitario a nivel global. Es decir, hay una inercia, que lleva a subvencionar la fuente de energía que queremos reemplazar y que incide, como decíamos, en el modelo agrícola, en cómo se toman las decisiones a nivel financiero. Las renovables y las alternativas no están pudiendo competir, en muchos casos, ni siquiera en igualdad de mercado, porque hay una disparidad. Es un tema que fue un éxito también, habrá que ver ahora cómo se acuerda eso, pero sí hay muchos anuncios de una gran parte de los países comprometiéndose, incluyendo la Unión Europea y países como Colombia y Chile, a abandonar los subsidios a los combustibles fósiles lo antes posible, que tendría un impacto muy acelerado y claro toda esta cuestión de cambiar el modelo agrícola de gestión de la naturaleza implica una gestión inteligente del dinero público y de los subsidios: tienes que subvencionar y que apoyar lo que quieres que pase; si apoyas y subvenciones lo que quieres que no pase, estás haciendo de trampas al solitario. Se ha hablado también de una reforma del mercado financiero internacional para justamente catalizar esa transición acelerada en los países en desarrollo e incluso de un impuesto global a los combustibles fósiles, cuya recaudación vaya también a acelerar la transición en los países del Sur global. 

¿Y cuáles dirías que son las noticias más relevantes en materia de sostenibilidad? 

Creo que estamos entrando en un punto de inflexión positivo. Se ha publicado hace poco un macro informe muy importante sobre los puntos de inflexión negativos del sistema Tierra, que de alguna forma aceleran el calentamiento. Pero ese informe incluía otro apartado que eran los puntos de inflexión positivos e identificaba varios en cuanto a desarrollo tecnológico, aceptación social de los sustitutos de las viejas tecnologías, y señalaba que estamos cruzando algunos de estos puntos de inflexión positivos que una vez que se cruzan, empiezan a acelerar cada vez más esta transición. Para mí, el tema de los compromisos en cultura regenerativa, que está ganando esta nueva visión de cultivar alimentos trabajando con la naturaleza, me parece clave, está por provocar una bola de nieve. Cada vez más agricultores inspiran a otros y se están desarrollando sistemas de gestión por emprendedores de distintos lugares, que están ayudando mucho a que se puedan medir los indicadores para que se les pueda pagar por ellos también, como los créditos de biodiversidad y los créditos de carbono. Creo que 2024 va a ser el año de despegue de la fermentación de precisión que para mí es otra de las tecnologías más prometedoras, que es esto de generar proteínas con bacterias, con biorreactores que pueden garantizar la seguridad alimentaria disminuyendo drásticamente el impacto climático. Es una tecnología que está empezando a comercializarse ya en Estados Unidos y están surgiendo muchísimas empresas por todo el mundo avanzando y bajando costes. El despliegue de las renovables, ya está llegando a un punto acelerado, que es absolutamente imparable y la velocidad que está cogiendo es muy esperanzadora. El punto es si conseguimos imprimirle la velocidad que le tenemos que dar y, en ese sentido, una cuestión clave es que no es suficiente con señalar los efectos negativos que tiene una práctica, sino que lo relevante es desarrollar otra que convierta la vieja en obsoleta y aquí es fundamental todo el trabajo de innovación y de emprendimientos de soluciones que a nivel tecnológico y económico sean superiores a las viejas. Está habiendo una auténtica explosión de innovaciones, de soluciones de escalados de alternativas que, en gran medida, va a determinar si tenemos éxito o no. Necesitamos toda esta comunidad de innovadores, cada vez más gente se lanza a tener trabajos con propósito, con sentido, que pueden cambiar el mundo y es una oportunidad de oro para toda la gente creativa porque tenemos que reinventar la forma en la que hacemos absolutamente todo lo más rápido posible. Todo este escalado es el campo más fértil, más inspirador y emocionante que ha habido, tenemos que reinventarnos y establecer una nueva era.

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