Entrevista a Charly Karamanian

Volver a

Edicion #1

“Debemos emprender desde el propósito y no temer al fracaso”

Gracias a La Casa G, su primer proyecto como emprendedor, ganó la 1° edición internacional de Premios Verdes. Es un referente en sostenibilidad, innovación abierta y tecnologías exponenciales. Nos cuenta qué significó ese reconocimiento y cuáles son las claves para seguir desarrollando aportes concretos que ayuden a generar un mundo mejor.

Hace 10 años, fuiste uno de los ganadores de los Premios Verdes, gracias a tu desarrollo de La Casa G, ¿Qué te significó esa distinción?

Fue un antes y un después. Los Premios Verdes fueron la validación que necesitaba para animarme a ir por más y buscar generar aún más impacto. Causalmente con La Casa G fuimos ganadores de la categoría Energía, que es responsable de ¾ partes de las emisiones globales y es el área en el que continué especializándome y dedicando la mayor parte de mi tiempo. Además asistiendo al evento de los premios, primero como participante y luego como orador, conocí a gran cantidad de participantes con los que hicimos proyectos juntos y mantenemos una excelente relación.

Hagamos un poco de historia: ¿qué te motivó a desarrollar la Casa G?

Con mi familia nos propusimos desarrollar La Casa G: La Casa Sustentable en Argentina, para demostrar que construir y habitar una casa de manera más sostenible no solo era posible, sino que además era conveniente. Obtuvimos el apoyo de más de 70 empresas que aportaron los materiales y las tecnologías a cambio de un plan de marketing y difusión de dos años muy disruptivo, donde nuestra casa sería un modelo aspiracional y nosotros compartiríamos el proceso de construirla y la experiencia de habitarla. Armamos así un emprendimiento sin fines de lucro, con la misión de promover la eficiencia energética, las energías renovables y las buenas prácticas ambientales en la industria de la construcción. Invitamos a las personas a unirse a nosotros en la búsqueda de una forma de vida más sostenible. El resultado es una casa sostenible moderna que puedo operar remotamente desde un teléfono móvil. 

¿Qué efectos provocó en tu vida desarrollar y vivir en La Casa G?

Me permitió internalizar el impacto del hombre en el ambiente y me aportó una nueva perspectiva que me llevó a dedicarme tiempo completo a la innovación sostenible. Toda esta experiencia me hizo entender y conectarme de una manera distinta con la naturaleza, que entonces descubrí que era el mejor laboratorio de investigación y desarrollo jamás creado.  Así fue como incursioné en la biomímesis y la bioinspiración, y comencé a incorporar los diez patrones unificadores de la naturaleza como guía fundamental al momento de iniciar cada proyecto de diseño de soluciones sostenibles. 

¿Cómo visualizas los próximos 10 años en materia de sostenibilidad?

La próxima década es clave Los reportes más recientes del IPCC indican que no estamos haciendo lo suficiente y ya queda la mitad del tiempo para lograr los compromisos de la agenda 2030. Muchos aún tenemos la pandemia del COVID-19 muy presente, que trajo aparejada una de las disrupciones socioeconómicas más importantes de este siglo. Lo que aún no hemos terminado de dimensionar e internalizar es el impacto económico derivado de la crisis climática, que será muchísimo mayor de lo que fue el impacto del COVID-19, que se estima que hasta que la economía global alcance su ritmo normal terminará siendo de 4 trillones de dólares. Se calcula que el impacto económico del cambio climático hasta el 2.100 será de al menos seiscientos trillones de dólares, y esa cifra toma como base el cumplimiento de los compromisos asumidos en la COP de París, los cuales claramente estamos aún lejos de poder cumplir. Esto quiere decir que cada año el efecto del cambio climático será 1.8 veces mayor que las consecuencias del COVID-19. Si la pandemia tuvo un impacto enorme, las consecuencias de la crisis climática serán brutales. Por otro lado, estamos presenciando un punto de inflexión en cuanto a la conciencia ambiental, tecnologías sostenibles que permitirán mitigar y revertir las consecuencias del cambio climático, pero sobre todo un cambio de propósito y mentalidad en empresas y emprendedores. El camino a seguir es claro, y nada mejor para ilustrarlo que el modelo de la Dona (doughnut Economy), de Kate Raworth, que se logra a través de la economía circular y la innovación sostenible.

En materia de innovación y como experto en tecnologías, ¿qué opinas sobre la IA?

De todas las tecnologías exponenciales, la que va a cambiar todas las reglas de juego es la Inteligencia Artificial (IA). Hasta el año 1.900 todo el conocimiento de la humanidad se duplicó cada 400 años, hoy se duplica cada 12 horas. Las nuevas innovaciones están siendo desarrolladas por IA, la única capaz de procesar e interrelacionar la explosión del conocimiento que estamos viviendo. La IA tendrá un impacto enorme en la manera que hacemos todas las cosas. Ya está revolucionando la medicina en áreas como diagnóstico por imágenes, analizando patrones en los datos fisiológicos obtenidos a través de los sensores de nuestros relojes inteligentes, anticipándose a problemas de salud que tendremos en meses e inclusive años. 

¿Cuál es tu visión sobre las tecnologías?

Soy optimista, creo que van a habilitar lo que se conoce como economía de la abundancia, nos van a asegurar una calidad de vida decente sin grandes esfuerzos y eso se va a transformar en un desafío socioeconómico enorme, los países líderes, los tecnólogos los visionarios ya están hablando de jornadas de trabajo reducida y haciendo pilotos de ingreso básico universal. Entonces el ser humano tendrá la posibilidad y la elección de salir de la rueda del hámster para aplicar nuestra energía creativa para generar una sociedad mejor, desde lo que nos hace únicos y singulares como seres humanos. 

¿La IA puede ser una herramienta contra el cambio climático?

Sí, la inteligencia artificial puede ayudarnos a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de varias maneras. Recomiendo fuertemente comenzar a utilizar la IA como copiloto, yo lo uso a diario y me ahorro horas de trabajo sin sentido. 

¿Cuál es tu próximo desafío? 

Estamos a mitad de camino del 2030 y no estamos llegando a cumplir los compromisos climáticos necesarios, por eso decidí escribir un libro animando a otros emprendedores y dando herramientas y consejos para emprender con propósito desde la innovación sostenible; estará saliendo a comienzos de 2024. Por otro lado, desde hace ya cuatro años estoy trabajando en una empresa que lidera la transición energética. Posiblemente el próximo emprendimiento del que participe tendrá alcance global, pero no será un Unicornio, sino una cebra o un ave fénix. 

¿Cuáles son las empresas cebra o ave fénix? 

Si los unicornios son las startups que han logrado una valoración de mercado de más de mil millones de dólares, las cebras son empresas con modelos de negocio más terrenales. Buscan sinergias con su entorno, un crecimiento rentable y sostenible, que evita sobreexplotar los recursos. Son empresas que no llegarán a valuarse en mil millones de dólares pero en su lugar evitan emisiones de mil millones de kilos de CO2 al año. Este es un gran comienzo, pero sabemos que evitar las emisiones ya no es suficiente para revertir los efectos del cambio climático. Las estrategias de sostenibilidad centradas en medir y reducir la huella de carbono han ayudado a frenar el ritmo de la degradación ambiental, pero no han sido suficientes para revertirla. Por otro lado, la sostenibilidad regenerativa, también conocida como regeneración, amplía su lente para abarcar todas las facetas del bienestar de nuestro planeta y se centra en crear un impacto positivo, estableciendo un objetivo más aspiracional. Entonces entra en escena el ave fénix, una criatura mítica que resurge de las cenizas, lo que implica renacimiento y regeneración. Las empresas fénix se caracterizan por su resiliencia, capacidad de adaptarse a circunstancias cambiantes y su extraordinaria capacidad para transformar entornos dañados en ecosistemas prósperos. Los modelos de negocio regenerativos priorizan la sostenibilidad y la responsabilidad social y al mismo tiempo mejoran la capacidad inherente de los sistemas para restaurarse, renovarse y curarse a sí mismos de manera más efectiva. Podemos definir entonces como empresa fénix a toda aquella que genera mil millones de dólares en servicios ecosistémicos cada año mediante la restauración y la protección de la naturaleza.

¿Cuál es tu mensaje para las nuevas generaciones de emprendedores?

Como siempre digo, debemos emprender desde el propósito. Un emprendedor con propósito atrae a los mejores talentos y llega a los mejores mercados. Como nos explica Simon Sinek en su charla TedX “Cómo los grandes lideres inspiran la acción”, empecemos siempre por el “Por qué” hacemos lo que hacemos, para luego pasar al “Cómo” lo hacemos y finalmente al “Qué” hacemos. Y qué mejor para encontrar nuestro propósito que colocar en el centro del círculo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, detrás de cada objetivo hay millones de personas con una necesidad sin satisfacer. Algo más, no tengan miedo al fracaso, se van a arrepentir mucho más por lo que no intentaron o dejaron de hacer que por lo que hicieron y no salió como esperaban. 

Compartir

más en esta edición